UNFPA - United Nations Population Fund

11/22/2024 | News release | Archived content

Cubrir las necesidades de las mujeres y las niñas donde se encuentren para prevenir y enfrentar la violencia de género

NACIONES UNIDAS, Nueva York - Con suma frecuencia, cuando los conflictos y las crisis obligan a mujeres y niñas a huir de sus hogares, los abusos sobre la base del género las siguen de cerca. En medio del caos del desplazamiento las acecha la amenaza de violencia por parte de actores armados, o de extraños en refugios temporales e incluso de sus parejas.

A través de todo ello, la red dedicada de asociados del UNFPA se esfuerza por cubrir las necesidades de las mujeres allí donde se encuentren y de responder a sus necesidades urgentes: de servicios e información médicas, apoyo psicológico y solidaridad, protección contra la violencia de género y acceso a la justicia.

A continuación presentamos a seis heroínas que llevan a cabo este trabajo crítico en todo el mundo para poner fin a la violencia de género en todas partes y para todas las personas.

Comprometida a llegar a las sobrevivientes en Etiopía

A medida que se intensifica el conflicto en la región de Tigray, en Etiopía, han aumentado los incidentes de violencia sexual, y los abrumados sistemas de salud y justicia no han podido ofrecer más que escaso consuelo a las sobrevivientes. En esta brecha ha entrado la Hermana Kahsa Hagos, trabajadora de salud, quien sabía que las mujeres y niñas necesitaban un espacio seguro para sanarse y recuperarse del abuso.

Con el apoyo de la Oficina de Asuntos de la Mujer y la Asociación de Mujeres de Tigray, la hermana Hagos estableció un hogar de espera para sobrevivientes, para lo que utilizó su propio salario a fin de complementar sus existencias de artículos de primera necesidad, como utensilios de cocina. "Por temporadas, no podíamos pagar el alquiler, pero seguimos adelante", dijo al UNFPA. "Me he comprometido a dedicar mi vida al servicio de las sobrevivientes".

Desplazadas pero decididas en Nigeria

"El agua nos llegaba al pecho", dijo Fátima Ali, activista comunitaria, al UNFPA. Fátima vive en Maiduguri, la capital del estado de Borno, en Nigeria, donde las inundaciones y las lluvias incesantes provocaron el colapso de la presa de Alau en octubre de 2024.

La Sra. Ali colabora con el UNFPA para mejorar el conocimiento sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos y para apoyar a las sobrevivientes de la violencia de género. Aunque ella misma fue desplazada por la crisis (ella y su esposo se vieron obligados a buscar vivienda temporal) su compromiso de apoyar a las mujeres y las niñas nunca vaciló.

"Incluso con la inundación, todavía voy a trabajar", apuntó. "La razón es que quiero animar a otras mujeres".

Lilian León, campesina, artesana y activista afrodescendiente por los derechos de las mujeres camina por Yapatera en Piura, Perú, devastada por las lluvias torrenciales en 2023. © UNFPA Perú / Enrique Castro-Mendívil

De pie junto a las sobrevivientes en Perú

"Sin luz, ni agua, ni internet ni servicios telefónicos, ¿cómo podíamos buscar ayuda? ¿Quién nos escucharía?" La agricultora, artesana y activista afrodescendiente de los derechos de las mujeres Lilian León se lamentó al hablar con el UNFPA.

La Sra. León vive en Yapatera, un pequeño poblado en la provincia peruana de Piura conocido por tener una de las comunidades de afrodescendientes más grandes del país, y por ser azotado por catástrofes climáticas recurrentes.

Cuando llegan las lluvias y las inundaciones, la Sra. León trabaja para identificar casos de violencia de género en su comunidad, y para conectar a las sobrevivientes con atención y servicios expertos. Después de haber sufrido abusos ella misma, explicó, "pude encontrar salida por mi cuenta, pero algunas mujeres necesitan ayuda porque se sienten solas".

Salvaguardar los derechos y la vida mediante la inclusión en Filipinas

Janine Cruzet dirige un grupo de derechos de las mujeres con discapacidad en Filipinas, una de las muchas naciones insulares de baja altitud que albergan a millones de personas en la vanguardia de la crisis climática mundial.

Las mujeres y las niñas están pagando un alto precio frente al cambio climático, que es aún mayor para las personas con discapacidad. Hablando de una amiga con discapacidad visual, la Sra. Cruzet explicó que "cuando se acerca un tifón a la ciudad, el centro de evacuación es un torbellino de actividad, pero para [mi amiga con discapacidad] es un laberinto de baños inaccesibles y escasos suministros de higiene".

"La preparación para desastres debe ser inclusiva y considerada con las diversas necesidades", agregó. "Se trata de salvaguardar los derechos y la dignidad de todas las personas en tiempos de crisis, independientemente de su capacidad".

Cambiar de mentalidad y de vida en Somalia

La médica somalí Shuceyb Abdikadir Ali fue una vez tan ferviente defensora de la mutilación genital femenina que ella mismo llevaba a cabo la práctica nociva, pero esta le causó un profundo dolor que aún siente. "Mi hermana de 8 años sufrió el daño causado por la mutilación genital femenina y finalmente falleció debido a un sangrado excesivo", relata.

Con el apoyo del UNFPA, la Dra. Shuceyb se ha transformado en firme defensora contra el procedimiento, al cual casi todas las mujeres y niñas somalíes de 15 a 49 años se han visto obligadas a someterse. Como parte de este trabajo, crea conciencia sobre los daños de la práctica entre las desplazadas internas del país.

"A partir de ahora, mi objetivo es prevenir el sufrimiento de las niñas", declaró al UNFPA. "Nosotras llevamos a cabo la mutilación genital femenina y tenemos que detenerla".

Nilüfer Kısak, segunda desde la izquierda, lleva a cabo actividades de divulgación tras dos terremotos que sacudieron Siria y Türkiye en 2023. Trabaja en un espacio seguro apoyado por el UNFPA en Malatya, Türkiye. © UNFPA Turkiye/Eren Korkmaz

Creando un espacio seguro en Türkiye

"Ella era mi rayo de esperanza", admitió Zeynep*, madre soltera de 47 años, al UNFPA.

Cuando dos terremotos sacudieron Siria y Türkiye el 6 de febrero de 2023, la casa de Zeynep y todas sus pertenencias quedaron destruidas. Sin lugar a donde ir y con una necesidad desesperada de atención, especialmente para su hijo, que estaba luchando con problemas de abuso de sustancias, Zeynep buscó refugio y apoyo en un espacio seguro para mujeres y niñas apoyado por el UNFPA en Malatya, Türkiye. Allí, una trabajadora de la salud llamada Nilüfer Kısak se convirtió en su "ángel".

Después de los terremotos, la Sra. Kısak y su equipo han trabajado constantemente para proporcionar atención compasiva a sobrevivientes como Zeynep. "Nunca nos hemos detenido; estamos llegando a cada esquina, a cada distrito, y continuaremos haciéndolo", remarcó.

*Se han cambiado los nombre por motivos de seguridad y protección