Palabras de Su Majestad el Rey en el acto de inauguración de la VI edición del 'Foro La Toja-Vínculo Atlántico'

​Es un verdadero placer estar de nuevo en Galicia. Hace pocos días tuve la ocasión de venir con la Reina para celebrar en Marín y en Combarro una reunión con mi promoción de la ENM (40 años), donde ahora continúa su formación la PdA. E incluso pudimos venir con ella por aquí cerca, a esta maravillosa ría de Arousa.

Hoxe volvo para inaugurar unha nova edición do Foro La Toja-vínculo Atlántico. Este é o sexto ano que vos acompaño e creo que podo dicir que esta cita converteuse xa nunha tradición. Grazas Amancio pola iniciativa e, xunto a todo o teu equipo, pola organización e pola perseveranza no empeño.

El Foro -que continúa el legado e inspiración de Josep Piqué- se ha consolidado como un espacio imprescindible de encuentro y debate con una indudable vocación internacional. Han sido muchos los expertos que, a lo largo de estos años, han contribuido a hacer de esta cita un referente. También han sido muchos los asuntos de fondo y de actualidad que habéis tratado en todo este tiempo. Temas cruciales y complejos que, en definitiva, nos conciernen a todos, lo que demuestra la visión amplia y la perspectiva global que inspiran este Foro, y sin los cuales no es posible comprender bien la realidad ni mirar al futuro con un mínimo de garantía y seguridad; aunque ya sabemos que el futuro por definición es siempre incierto.

Esta 6ª edición es continuista en el buen sentido, porque vuelve a ofrecer una extensa relación de ponentes y de asuntos con un denominador común: la reflexión sosegada y en profundidad sobre los grandes retos de nuestras sociedades. Es un ejercicio esencial en una época de sobreabundancia informativa.

Este año los organizadores nos convocan para analizar los nuevos ciclos políticos que se abren en todas las regiones del mundo a raíz de una sucesión de importantes -y numerosos- procesos electorales. Destacan por su evidente relevancia e implicaciones en clave interna e internacional las elecciones estadounidenses del próximo mes de noviembre.

Todo ello sucede en un escenario mundial caracterizado por una conflictividad generalizada y en el que dos horribles guerras continúan causando muerte, dolor y destrucción (dos principales, aunque bastantes más con menor impacto global y mediático). Un contexto con nuevos actores, que presenta nuevos equilibrios de poder y en el que gobiernos e instituciones tienen que actuar asumiendo la incertidumbre, la aceleración y la disrupción como una parte habitual de la realidad: esta es, para muchos, la nueva normalidad -un concepto que da título a estas jornadas-.

La inestabilidad convertida en costumbre se suma a la extensa relación de desafíos que tienen que afrontar las democracias occidentales. La seguridad, la diversificación de la economía, el impulso de la transición energética, la erosión de los ecosistemas (oceánico…), el impacto de la IA, la creciente polarización de las sociedades o la gestión migratoria…, son solo algunos de los retos a corto y medio plazo (aunque con implicaciones, lógicamente en el largo plazo).

"...esta 6ª edición es continuista en el buen sentido, porque vuelve a ofrecer una extensa relación de ponentes y de asuntos con un denominador común: la reflexión sosegada y en profundidad sobre los grandes retos de nuestras sociedades. Es un ejercicio esencial en una época de sobreabundancia informativa..."

En este nuevo (des) orden global la Unión Europea arranca una legislatura decisiva que deja atrás el ciclo institucional iniciado en 2019 y caracterizado por una sucesión de crisis sin precedentes en múltiples ámbitos. De la importancia del presente y del futuro de Europa dan buena muestra las numerosas sesiones que sobre ella celebraréis estos días y que pondrán el foco en los valores europeos, la Unión Monetaria, el mercado único y la competitividad y la gobernanza.

En este contexto de "nueva normalidad", fenómeno que tanto analizamos y describimos, pero que todavía no sabemos manejar bien, la UE (y cada uno de sus miembros en la parte que corresponda) debe aportar respuestas. No nos podemos permitir que se ponga en jaque o que se debilite, no creo que (al menos) en nuestro horizonte vital exista mejor alternativa.

Permítanme, en este sentido, recordar algo que dije en la entrega del Premio Europeo Carlos V a Mario Draghi, el pasado mes de junio: "Vivimos momentos decisivos en los que se está definiendo el mundo y la Europa que vamos a vivir. Tiempos que requieren valentía, solidaridad y compromiso para afrontar los grandes desafíos. Europa se juega su futuro, y si el futuro es nuestro mayor reto, el presente es nuestra principal tarea, en la que no caben la inacción o parálisis, ni la improvisación irreflexiva".

Señoras y señores,
Precisamente, la labor de mantener el consenso en el seno de la UE ante los grandes retos globales ha sido una constante en la trayectoria de Josep Borrell como Alto Rep. de la Unión para A.Ext y Política de Seg. Un puesto en el que ni él ni su equipo -como ha reconocido recientemente- han escatimado esfuerzos para lograr que mantuviese o aumentase la capacidad de acción, influencia y representación de la UE en todo el mundo.

Su etapa al frente de la política exterior de la UE ha sido de todo menos tranquila, pero a pesar de las dificultades ha logrado que la voz de Europa se escuche como un referente de valores, de repeto al Dcho Internacional y de compromiso democrático y con los DDHH, desde Palestina a Venezuela, pasando por Ucrania o el Sahel.

Toda esa labor le ha sido reconocida hoy con el premio Foro La Toja-Josep Piqué. Nuestra más sincera enhorabuena por este premio. También nuestro agradecimiento unánime por todos tus años de servicio público. Tu personalidad, tu valentía y la solidez de tus valores, tu conocimiento y rigor (propios de todo un ingeniero), y tus profundas convicciones democráticas son un gran ejemplo para todos.

Señoras y señores,
La relación de desafíos que he mencionado a lo largo de mi intervención puede llevar a componer una visión excesivamente negativa de nuestra situación actual. Europa afronta, en efecto, momentos de incertidumbre; España tiene también en su seno enormes retos, pero las razones para la confianza siguen siendo más y mejores que para la desesperanza. Basta mirar a nuestro alrededor, y no solo a través de las pantallas… Razones que están en las ciudades y entornos en los que vivimos, en las cualidades y talentos (y potencial) de nuestros compatriotas, en el gran camino que hemos recorrido juntos... No podemos fallar. Hay que buscar la manera de hacer todavía más, de lograr un efecto multiplicador de nuestros esfuerzos; España y Europa lo merecen y lo necesitan. Démosle el 100% para estar (todos) a la altura de lo que los tiempos (nos) exigen.

Como acabo decía antes, ante la nueva complejidad no cabe la inacción. Porque es, en definitiva, la inquietud y no el conformismo, lo que nos impulsa a crecer. Porque se puede cambiar, se puede mejorar... Sí, es cierto que no nos faltan desafíos, pero tampoco la voluntad de superarlos con soluciones compartidas, inteligentes y solidarias. Así se ha escrito la historia reciente de Europa y esa ha sido también la experiencia de nuestro país.

Y desde aquí, desde esta isla de La Toja, esta comunidad de pensamiento que se amplía y refuerza en cada edición puede ser de gran utilidad en la búsqueda de esas soluciones compartidas. Esta reflexión colectiva sobre nuestro momento actual, equilibrada a la hora de valorar el camino recorrido, y exigente a la hora de acometer las tareas de futuro se mantiene desde la 1ª edición de este Foro.Gracias a los ponentes, a esta comunidad, por su disposición a con nosotros sus conocimientos para un futuro posible y mejor compartir. Gracias por impulsar esta plataforma de diálogo informado y sereno.

Gracias, finalmente, por vuestro compromiso con los valores que definen nuestras sociedades democráticas. Vuestras palabras y vuestras ideas iluminan el camino, el rumbo frente al pesimismo, son valiosas razones para la esperanza.