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UNHCR - Office of the United Nations High Commissioner for Refugees

10/08/2024 | Press release | Distributed by Public on 10/07/2024 18:27

Nunca había manejado en su vida. Ahora es una conductora de autobuses en una de las ciudades con más tráfico del mundo

Bogotá es una de las ciudades más congestionadas del mundo, y conducir en sus calles puede ser una verdadera odisea. A pesar de ello, Adriana Linares (36), venezolana que llegó a Colombia hace cinco años, se convirtió en conductora experta y encontró empleo como operadora de transporte público en la empresa "La Rolita".

"Cada día que llego al trabajo aún siento susto porque cada día es diferente. Pero, cuando abro las puertas del bus y la gente sube, sobre todo los niños, y me agradecen, siento que he hecho bien mi trabajo. Eso me motiva a hacerlo mejor", comparte Adriana.

Desde que se vieron forzados a dejar su país, Adriana, su esposo y sus dos hijos han vivido intensamente su proceso de integración en Colombia. Como más de dos millones de venezolanos en ese país, han tenido que empezar una nueva vida sin documentación, sin una vivienda, sin empleo, sin acceso a servicios esenciales como educación y salud.

Adriana, que en Venezuela era docente de primaria, habla con tranquilidad, pero sus ojos se humedecen cuando recuerda sus primeros años en Bogotá. "Al inicio, tratamos de sobrevivir haciendo lo que fuera con mi esposo: vendíamos comida en la calle para pagar nuestros gastos. Muchas veces no alcanzábamos a reunir lo suficiente para el arriendo", cuenta Adriana.

Adriana, sentada en uno de los autobuses de 'La Rolita' antes de empezar su jornada.

© ACNUR/Jordi Matas

Desde que se vieron forzados a dejar su país, Adriana, su esposo y sus dos hijos han vivido intensamente su proceso de integración en Colombia. Como más de dos millones de venezolanos en ese país, han tenido que empezar una nueva vida sin documentación, sin una vivienda, sin empleo, sin acceso a servicios esenciales como educación y salud.

Adriana, que en Venezuela era docente de primaria, habla con tranquilidad, pero sus ojos se humedecen cuando recuerda sus primeros años en Bogotá. "Al inicio, tratamos de sobrevivir haciendo lo que fuera con mi esposo: vendíamos comida en la calle para pagar nuestros gastos. Muchas veces no alcanzábamos a reunir lo suficiente para el arriendo", cuenta Adriana.

En la última década, Colombia ha acogido cerca de 2,8 millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas, siendo Bogotá la principal ciudad anfitriona de personas con necesidades de protección internacional.

En el camino de integración de millones de refugiados y migrantes de Venezuela aún persisten barreras, y son limitadas las oportunidades de empleo y acceso a medios de vida dignos son limitadas. A pesar de este enorme reto, las autoridades colombianas impulsan medidas ejemplares para acoger e integrar a esta población. A 2023, según la Plataforma R4V, se entregaron a la población refugiada y migrante en Colombia cerca de 1,9 millones de Permisos de Protección Temporal (PPT); Adriana y su familia están entre quienes se beneficiaron de esta medida.

© ACNUR